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Notas de Interés

La prostata en perros

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Es una glándula que a partir de los 6-7 años hay que prestarle atención y hacer controles periódicos.

La próstata es la única glándula sexual accesoria en los perros machos.
Se concentra en la parte posterior de la vejiga rodeando la uretra (conducto por el cual la orina abandona la vejiga).
Produce un líquido que es volcado hacia dicho conducto para ser eliminado hacia el exterior cuya función es transportar los espermatozoides durante la eyaculación.
Esta glándula requiere la presencia de hormonas masculinas para crecer y mantener su tamaño.
La enfermedad más frecuente de la próstata en los perros se llama hiperplasia prostática benigna. Es en realidad una modificación que sufre la glándula por su envejecimiento, dando como resultado su aumento de tamaño con la edad.
Se presenta por lo tanto en perros no castrados (ya que como dijimos, su crecimiento depende de la presencia de hormonas masculinas) y de mediana edad o viejos.
Los perros afectados están de buen ánimo y sin síntomas de enfermedad, pero pueden presentar dificultades para defecar y también para orinar. Puede verse también en estos animales goteo de orina o de sangre independientemente al acto de orinar. El goteo de sangre suele estar asociado a la erección.
La complicación más frecuente de esta patología es la infección de la glándula lo que ya compromete el estado general del animal.
También pueden afectar a la próstata: quistes, abscesos o tumores. La detección precoz de todas estas patologías puede ser posible realizando un examen rectal anual a todo macho maduro y el diagnóstico más preciso se hace por medio de una ecografía abdominal.
El tratamiento de la hiperplasia más efectivo es la castración. Pasados 7 a 14 días de realizada ésta, la próstata reduce en un 70 % su tamaño lo que da alivio notorio a los síntomas. Suele pasar que los dueños no aceptan la castración de su mascota como solución y esto precipita al uso empírico de antibióticos y antiinflamatorios, que dan una mejoría temporaria pero no solucionan el problema.
La consulta con su Médico Veterinario de cabecera puede ser una medida a tener en cuenta para tomar la afección de esta glándula desde un principio y evitar un desenlace desagradable para su mascota y sufrimiento de la familia.
 




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